Beckenbauer lideró a Alemania en la conquista de la Eurocopa de Bélgica en 1972 y después a ganar el Mundial de 1974. Desde la posición de líbero modernizó el fútbol con una salida de balón y una arrancada que no se ha vuelto a ver desde entonces. Era una experiencia religiosa en el sentido en el que la canta Enrique Iglesias, un trance.