Esto hacía que, naturalmente, los miembros de la Guardia Varega (igual que sus homólogos griegos) fueran consumidores de dichos placeres proporcionados por una buena paga, acompañados por ríos de vino. Esto junto al pantalón y las medias daban más sensación de realismo al traje. La situación actual es muy diferente: por primera vez, las empresas asiáticas superan a las españolas en las camisetas de Primera División. Aunque hoy en día pueda incluso resultar sorprendente, el oficio de las armas iba muy de la mano de la prostitución.