El Borussia Mönchengladbach comenzó una nueva etapa bajo la dirección de su flamante entrenador, pero el arranque no fue el soñado. El equipo cayó 1-3 en casa ante el Friburgo, dejando muchas dudas tanto en defensa como en la generación de juego ofensivo. La ilusión de los aficionados, que esperaban una reacción inmediata con el cambio en el banquillo, se topó con una dura realidad. Pese al atractivo ambiente en el Borussia-Park y la presencia de muchos hinchas luciendo camisetas retro fútbol del club en señal de apoyo y nostalgia, los errores individuales y la falta de cohesión fueron determinantes.
El Friburgo se mostró más sólido desde el inicio. Con una presión alta y una defensa bien organizada, logró cortar las conexiones entre los mediocampistas del Gladbach. El primer gol llegó al minuto 23 por medio de Michael Gregoritsch, tras una jugada colectiva que desnudó las fragilidades locales. Antes del descanso, Roland Sallai amplió la ventaja con un potente remate desde fuera del área, dejando sin opciones al portero Moritz Nicolas.
El nuevo técnico del Gladbach, que aún no ha logrado imponer su sello táctico, hizo tres cambios en el descanso con la esperanza de revertir la situación. La entrada de Florian Neuhaus y Alassane Pléa dio algo más de movilidad, pero el Friburgo se mantuvo firme en su plan. En el minuto 68, un contragolpe letal terminó con el tercer gol visitante, obra de Ritsu Dōan.
El descuento de Marcus Thuram en el 78 sirvió solo para maquillar el resultado. A pesar de algunos intentos finales por acortar la diferencia, el Borussia nunca dio la sensación de poder cambiar el destino del partido. Las gradas comenzaron a vaciarse lentamente, reflejando la frustración de una hinchada que esperaba un nuevo comienzo con mejores sensaciones.
Este resultado complica aún más la situación de Mönchengladbach en la Bundesliga, alejándolo de la mitad de la tabla y acercándolo peligrosamente a los puestos de descenso. El técnico, en su debut, admitió en rueda de prensa que queda mucho trabajo por hacer: «Tenemos que reconstruir desde lo básico. Hoy no estuvimos a la altura».
Por su parte, el Friburgo celebra una victoria vital que los acerca a los puestos europeos. El equipo dirigido por Christian Streich mostró personalidad, disciplina táctica y un excelente rendimiento colectivo, consolidándose como uno de los proyectos más consistentes de la liga alemana.
En las próximas jornadas, el calendario del Gladbach no será fácil, con enfrentamientos ante equipos como el Leverkusen y el Eintracht Frankfurt. El entrenador necesitará tiempo y respaldo para implementar su idea de juego, aunque la presión de los resultados empieza a sentirse. El club debe reaccionar pronto si no quiere verse atrapado en una lucha por la permanencia.
Con la afición dividida entre la paciencia y la impaciencia, el Borussia vive un momento de transición delicado. Y para quienes siguen al equipo desde hace décadas, quizás no hay mejor símbolo de lealtad que volver a vestir una camiseta fútbol barata, con historia, pasión y esperanza de tiempos mejores.